top of page

Revolución educativa o recolonización posmoderna

 

Atawallpa Oviedo

Desde hace 12 años viaja por el mundo compartiendo

la tradición andina. Autor de siete libros, tres de ellos traducidos al francés,

promotor del Vitalismo, impulsor de la Multiversidad Yachay Wasi. yuyarina@yahoo.es

 

 

Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad, el mundo solo tendrá una generación de idiotas.

                                      Albert Einstein

 

En repetidas ocasiones, Rafael Correa ha señala-do que solo una revolución educativa podrá cambiar el país: “No habrá Patria Nueva sin una revolución educativa”, y nosotros estaríamos de acuerdo si se trata una revolución paradigmática. En este senti-do, hay que ver qué tipo de “revolución educativa” se está diseñando, pues podría ser que tan solo sean otras palabras más, como tantas que se han dicho en estos 500 años: emancipación, independencia, li-beración… Y lo que hemos tenido en última instan-cia, es un: “último día del despotismo y primero de lo mismo”, como lo ha repetido en muchas ocasiones y casos el pueblo ecuatoriano, después de la supuesta independencia de España. O puede ser que bajo el argumento o membrete de “revolución educativa” se profundice el colonialismo, por lo que estaría-mos ante una recolonización posmoderna mucho más profunda que la sucedida hace casi 500 años.

Por 430 años los pueblos andinos pasaron olvi-dados y rechazados y, paradójicamente su cultura se mantuvo casi intacta; hoy muchos ya están “edu-cados” (léase adoctrinados y enajenados) y su cul-tura está desapareciendo. “Gracias” a las políticas de desarrollo e integración al progreso, hoy muchos desprecian su idioma (los padres prohíben que sus hijos hablen), se alejan y cuestionan sus costum-bres y saberes milenarios. Los doctores, master, PhD indígenas prefieren hablar otras lenguas, y son expertos en manejar los conocimientos, técnicas y valores de occidente, creyendo que así están en-trando al primer mundo y saliendo de la ignorancia y el atraso (cuarto mundo), en la que ha vivido por siempre su pueblo.

 

Chimborazo cuenta con una importante población indígena. De los 458 581 habitantes, 174 260 son de las comunidades quichuas. De este grupo étnico, 30 000 son evangélicos, según el Institu-to Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC). Este proceso de conversión empezó en 1951 y va en aumento. Este cambio, según los líderes indígenas, afectó en la continuación de los rituales ancestrales y en la práctica de las fiestas andinas que, en otros tiempos, tuvieron gran participación. Ese fue el caso del Inti Raymi (Fiesta del sol). También coinciden en que influyó en la organización. Ambos grupos (católicos y evangélicos) van por sendas distintas. En lo cultural, la mujer dejó de utilizar las wallcas, aretes y bayetas de colores porque son considerados ‘diabólicos’. La música y la danza se practican, pero con matices religiosos. Ya no acuden a los sitios sagrados, porque allí la iglesia católica construyó templos y colocó imágenes de santos y de vírgenes. (Moreta, 2013 marzo 25).

 

En consecuencia, lo que estamos viendo es: que hace cinco siglos se produjo la invasión de Amaruka (nombre antiguo de América), y hoy se está produciendo su conquista. Si es que lo permitimos.

Por otro lado, se ha señalado que la “revolución educativa” está destinada a construir el Buen Vivir. Seguramente se refieren al “Socialismo del sumak kawsay o biosocialismo republicano”1 lo que no ne-cesariamente quiere decir: empujar y profundizar el ancestral Sumak Kawsay. El primero delimitado en apenas 6 años de la “revolución ciudadana” y el otro delineado por los pueblos andinos en más de 20 mil años de ejercicio de vida. Por lo que tenemos tan solo un símil de titulares: Buen Vivir = Sumak Kawsay, pues en la estructura y en el fondo son dos paradig-mas contrapuestos, excluyentes, y no complementa-rios uno del otro, peor integrativos. Pero lo más grave, de resultados adversos o debilitantes, especialmente para los creadores del sumakawsay2.

Es importante clarificar que el sumakawsay es un camino propio, con principios auténticos, con arquetipos epistemológicos particulares, por lo que no puede convertirse en un brazalete indigenista de ninguna revolución (folclorismo), ni ser una costi-lla del socialismo ni de nadie (mesianismo). El su-makawsay de los Andes es una vía y el paradigma occidental (de Izquierda o de Derecha) es otro, y no es conveniente que sea uno montado sobre el otro, ni crear híbridos que desdibujan las formas peculia-res de cada uno de ellos, todavía más si son irrecon-ciliables. El sumakawsay tiene un recorrido y una experiencia concreta de vida de muchos siglos, y el socialismo -hasta hora- es un experimento de solo unos 200 años.

No negamos ni rechazamos el que se quiera re-crear o configurar un nuevo sistema con el aporte de muchas culturas y tradiciones de toda la humanidad, y a eso llamarlo: “Buen Vivir”. Pero no decir, que ese Buen Vivir es el ancestral Sumak Kawsay de los pueblos andinos. No es un simple hecho formal sino de contenido y fundacional, pero principalmente es cuestión de respeto, de dignidad, de honor para con los pueblos originarios de estas tierras. No es posible que un Gobierno que se dice de izquierda, continúe con el perenne abuso, utilización y atropello perpe-trado desde hace 500 años, como se ha dado a lo largo y ancho con los territorios y saberes de los pueblos originarios (extirpación de idolatrías). No es “retro-romanticismo” o “idealismo” o “purismo” la defensa del sumakawsay, sino, que no puede ser reinventado ni ajustado ni acomodado a algo que tiene un proce-so milenario, natural y propio. Camino del que pue-den o no estar de acuerdo, parcial o totalmente, pero deben ser respetados sus fundamentos y estructuras como parte de la alteridad, y no pretender ser “de-sarrollados”, o “actualizados”, o “integrados”; peor por quienes no entienden nada de la filosofía andina (tawantin) y se manejan básicamente con la filosofía occidental, materialista o idealista.

En este sentido, comparto más el Buen Vivir que propone Alberto Acosta3 que el que viene impo-niendo Rafael Correa, sin ninguna participación di-recta y puntual de la ciudadanía (¿revolución ciuda-dana?) y principalmente de los hijos del sumakaw-say. Pero aquí viene el dilema: ¿cuál de los dos, es el buen vivir? De lo único que yo estoy seguro, es que ninguno de los dos son: el sumak kawsay. Lo que no quiere decir necesariamente que estas vías (Acosta y Correa) estén mal o no sean válidas, sino que son otras vías, y hay que respetarlas como pro-puestas en su propio proceso y no inscribirlas en el proceso de los pueblos andinos, quienes han deli-neado y configurado su camino de vida, en un lar-guísimo recorrido y dentro de una experiencia muy particular e idónea. No estamos tratando de anular o de despreciar a otras teorías o propuestas -como hace Correa-, sino de establecer las diferencias y las rupturas para marcar los distintos caminos. Y que solo la vivencia en la naturaleza de la realidad, sea la que permita que tengan una prolongada vida o que sean tan solo una moda más, como han sido muchos experimentos sociales que se han vivido en el mundo y que han desaparecido casi inmediata-mente: revoluciones sociales, hippismo, revolución sexual, liberación femenina…

El sumakawsay cree en la contradicción, en la oposición, en la variedad, en la diferencia, y no pretende homogeneizar a todos en su vía, sino que valora y promueve la diversidad armónica. No para anularlas como pretende el paradigma occidental de la síntesis dialéctica (tercero excluido) sino para for-talecer el sistema de equilibrio de complementarios (filosofía tetrádica andina). Tal como funciona la na-turaleza, es decir, la vida, y como lo ha venido a con-firmar el moderno paradigma quántico (fermión y bosón), en que todo está interrelacionado y cada ele-mento es correspondiente y recíproco uno de otro, y no separados o en lucha como dice el paradigma civilizatorio, desde Aristóteles. El paradigma quán-tico tiene mucha similitud con el paradigma andino que funciona en el continumm de la biosfera, pero los políticos y economistas siguen en el paradigma new-toniano-cartesiano, y quieren seguir construyendo más universidades logocráticas: “El gran viaje hacia el futuro comienza hoy con el proyecto YACHAY”, René Ramírez (Andes, 2013 marzo 25).

 

 

Universidad “Yachay” 

 

Una universidad es un lugar donde 

la universalidad del espíritu humano se manifiesta.

Albert Einstein 

 

Misión y visión del programa Yachay: “Misión. Consolidar la primera ciudad planificada del Ecuador como un ecosistema de negocios de alta tecnología donde convive armónicamente una universidad de clase mundial, institutos públicos y privados de investigación y desarrollo tecnológico, y empresas de base tecnológica que generan el cambio de la matriz productiva del Ecuador. Visión. Convertirse en el más importante HUB de conocimiento de América Latina en producción de tecnología aplicada en un entorno sustentable.” (yachay.ec) 

De acuerdo a estas directrices y otras características esgrimidas en los fundamentos y justificativos de creación de la denominada Ciudad del Conocimiento “Yachay”, se puede vislumbrar que será otra universidad más que se inscribe dentro de la meritocracia tecnocrática del primer mundo y que replicará los mismos contenidos desarrollistas de la colonialidad del poder/saber de la modernidad y del positivismo civilizatorio. Es decir, que la misma no se manejará por las epistemologías de las antiguas Yachay Wasi, sino que se reproducirán los mismos moldes de la occidentalidad monárquico-monoteísta (paradigma monódico) que se viene imponiendo en el mundo entero en su propósito de homogenización universal (globalización). Tal cual es su razón de existir y el fundamento de su accionar de vida, desde sus orígenes hace más de 2000 años: conquista, evangelización, adoctrinamiento, integrismo, conversión, educación...Por lo tanto, no es honesto ni verdadero, utilizar logotipos andinistas para bautizar algo que por sí mismo no representa a su matriz. Siendo este, otro caso más de una simple utilización mimética o una manipulación superficial, de algo que es profundo, milenario y cósmico, como es el “cosmocimiento andino” o filosofía tetrádica (tawantin). Tal como vamos a pasar a ver. 

El señor René Ramírez máxima autoridad del Senescyt ha señalado que los profesores de esta “ciudad del conocimiento” serán los futuros doctores PhD que actualmente se están preparando en diferentes universidades del mundo desarrollado. En ese mismo sentido y en relación a todas las universidades ecuatorianas, lo ratifica en una entrevista del diario El Comercio (2013 marzo 19) el Ministro de Talento Humano, Augusto Espinosa: 

 

También está lo que significa la gestión del talento humano, encontrar soluciones a esta problemática de falta de maestros, de dos maneras. Una es tener un contingente grande de profesores preparándose en el exterior, financiados por el Estado. Y otra, mientras estamos en ese proceso, sería sano traer, a través del Programa Prometeo, los docentes que sean necesarios del extranjero, para cubrir la transición. […] Si nos dicen que requieren 1 000 nuevos, hacemos un trabajo conjunto, para traer a esos 1000, con convenios con universidades de calidad. […] No podemos hablar de ‘calidad a la ecuatoriana’, eso es estar por debajo, si lo que tenemos actualmente es mediocre… 

 

Y el mismo presidente Correa lo corroboraba: “Tenemos un programa Prometeo, uno de los mejores del Gobierno, por medio del cual se contrata a los mejores profesores de las mejores universidades y se lo mandamos a las institución de educación superior para que enseñen capaciten a otros profesores y la Universidad Central dice no, que esto es colonialismo. ‘Colonialismo traer cerebros del exterior. Que mentalidad’”. (El Comercio, 2013 marzo 31). 

Esto quiere decir que lo que vendrán a enseñar es el conocimiento monódico (una sola voz) de tipo reduccionista, mecanicista, materialista, racionalista, desarrollista (para todos ellos vamos a utilizar el neologismo: piramidalismo). Paradigma piramidalista que viene dirigiendo y guiando el proceso económico, político, académico, técnico y científico del positivismo en todo el planeta y cuyo propósito fundamental es la occidentalización de todo el mundo (aldea global de consumo). Paradigma antropocéntrico y ecocida que en el mismo occidente ya viene siendo cuestionado por nuevos paradigmas antiobjetivistas. “Desde Kant, la Objetividad es definida como de validez universal, con independencia de religión, cultura, época o lugar, por contraposición con aquello que vale solo para unos pocos: lo local. Esta es la marca de la modernidad. De esta guisa, la Objetividad se opone al Relativismo, representado por los salvajes animistas y, ahora, además, por el nuevo paradigma científico” (Medina, 2010). 

Por tanto, es importante comprender que no es solamente el capitalismo moderno (neoliberalismo/capitalismo de Estado) sino los conceptos, las teorías y los mitos fundantes del paradigma piramidalista impuesto, los que nos han conducido a la crisis global que actualmente vive el planeta, en todos los órdenes y esferas de la actividad humana. Esto no empieza ni es solo obra de la “revolución industrial”, sino que sus orígenes están mucho más atrás, en el mandato del génesis: “dominad la tierra”, y en el racionalismo separatista de los griegos clásicos: “la naturaleza está en estado inferior al hombre” (a más de las mujeres, los campesinos, los esclavos, entre otros). Incluso diríamos que todo comienza cuando se produce la revolución patriarcal hace unos 4500 años, la misma que terminó con el milenario sistema matricial en la antigua Mesopotamia. En todo caso, sus etapas autollamadas: civilización, modernidad y desarrollo, son las principales que nos han conducido a la cúspide y límite actual de la crisis general que vivimos actualmente. Clímax que nos ha tocado vivir a nosotros y por ende a hacer algo por cambiar todo ello, si tenemos sentido de responsabilidad y amor por nuestros nietos para que sobrevivan (revolución poscivilizatoria). 

No estamos viviendo una “crisis de civilizaciones” sino la crisis de la occidentalidad o del primer mundo y sus periferias. La crisis la ha generado el primer mundo y no el tercer o cuarto mundo, por ende las soluciones están fuera del piramidalismo. No pueden sanar quienes han enfermado sino desde otros niveles, los cuales -paradójicamente para los académicos de la excelencia- están en los pueblos naturales: salvajes, incivilizados, ultrasubdesarrollados (cuarto mundo), que todavía logran sobrevivir al saqueo de los conquistadores patriarcales. Los que se esfuerzan por terminar con el cuarto mundo no saben que están exterminando miles de años de conocimiento y experiencia acumulada de toda la humanidad, y consecuentemente ahondando la crisis. 

Crisis civilizatoria piramidal que se expresa concretamente en: 

 

…crecimiento notable del número de suicidios, especialmente en la juventud; aumento extraordinario de las enfermedades y padecimientos psíquicos y nerviosos; aparición de tasas de crecimiento demográfico negativas; tasas de subnormalidad crecientes; tasas imparables de drogadicción y alcoholismo; tasas muy altas de paro laboral, comparadas con las del siglo XX; tasas alarmantes de fracaso escolar a pesar de la mejora en la tecnología aplicada a la educación; decrecimiento, entre los jóvenes, de vocaciones claras hacia actividades laborales y profesionales específicas; tasas espectaculares de incremento de hogares unipersonales; crecimiento de familias homosexuales; aumento de comportamientos agresivos y violentos (campos de fútbol, metro, manifestaciones, xenofobia gratuita…) en personas normales y por motivos triviales” (Medina, 2010). 

 

Tasas estas -que por cierto- no son consideradas en los Índices de Desarrollo Humano elaborados por las Naciones Unidas. 

Ante ello, es impostergable hacer las siguientes precisiones entre lo que es el paradigma piramidalista de la occidentalidad (élite que domina el mundo, empezando por Europa y los EEUU) y el arquetipo espiralado de la andinidad (mundo tawantinsuyano) para no perdernos y quedarnos envueltos en los mismos esquemas y dogmas impuestos (de Derecha e Izquierda) desde la invasión y evangelización a nuestros pueblos. Para que ahora, aplicando simplemente formas posmodernas se quieran presentar como renovadas y con diferentes axiomas, cuando es una ampliación o profundización del mismo esquema colonizador primigenio. Es decir, lo que estamos viviendo es un neocolonialismo con formas más sutiles pero enmarcadas dentro de los mismos propósitos de educar (léase civilizar, domesticar, adoctrinar, culturizar) con la que han actuado los colonizadores de siempre. 

Hace 500 años se dijo que nos traían la educación para salir del salvajismo y la idolatría, y así entrar en la cultura y la civilización; hoy se dice para “salir de la pobreza” y para entrar a “las ventajas de la modernidad y el progreso”. Por lo que tenemos en Rafael Correa -y a los anteriores presidentes de derecha- en continuadores del legado de Cristóbal Colón, a su vez este de los griegos clásicos, y ellos de los patriarcas indoeuropeos, que con su revolución piramidal terminaron con el sistema cíclico de miles de años de existencia (equilibrio entre lo Apolíneo-Fermión y lo Dionisíaco- Bosón). Cuando todos esperábamos que un gobierno llamado revolucionario (“revolución ciudadana”), termine con todo ese proceso colonizador y abra los primeros pasos para un Pachakutik (recambio total). Pero lo único que hemos pasado, es de una colonización occidental de derecha (monárquico-neoliberal) a una recolonización civilizatoria izquierdista (capitalismo de Estado- neoconstitucionalismo). Nada más4. 

En definitiva, antes y ahora, Idealistas o Materialistas, lo que tenemos es que 

 

El Estado colonial y el Estado republicano proseguirán esta extirpación de idolatrías a través de las instituciones gubernamentales: la escuela sobre todo. Pero también, el hospital: sustituir a brujas, hechiceros: curanderos; los pueblos de reducción en lugar del ayllu; la propiedad privada en lugar del usufructo racional y comunitario de los recursos; el mercado: sustituir el ayni por el dinero: la reciprocidad por el intercambio: economicidio; el cuartel: interiorizar al Señor gobierno en lugar del sistema de cargos propios; la judicatura: las leyes de indias y luego el código napoleónico, en lugar de su sistema jurídico cosmocéntrico que busca el equilibrio, no la punición y exclusión; la religión católica en lugar de su w’aka, los partidos políticos en lugar de sus autoridades originarias: politicidio; la cárcel para los rebeldes, el manicomio para los irrecuperables. En fin, igual que en Europa, como muestra la obra de Michel Foucault, Aquende y allende es nomás el mismo élan (Medina, 2010).

 

En este sentido, lo que tenemos actualmente sobre este planeta son básicamente dos mundos-sistemas contrapuestos e irreconciliables: el pensamiento del UNO (primer mundo), a través de la eliminación o resolución de la contradicción por los hijos de Hegel (idealistas) o por los hijos de Marx (materialistas). Y por otro lado, el “co-razonamiento” (pensamiento y sentimiento) TETRÁDICO (cuarto mundo) que juega, funciona, valora y respeta la complementación de las contradicciones. Concretamente: el primer mundo y el cuarto mundo, son los dos sistema-mundos que la humanidad tiene actualmente como opciones de vida. 

La occidentalidad geocentrista desde Sócrates, Platón y Aristóteles hasta la actualidad se ha guiado por la dialéctica monódica (lucha de contrarios), en cuya dicotomía se resuelve su quehacer intelectual. El mundo andino se guía por la tetrádica o tetraconciencia (armonía de contrarios), en cuya interrelación se manifiesta toda su expresión natural multidimensional. Mientras el primer mundo funciona en la contracción unidimensional (reduccionismo separatista), el cuarto mundo se expande integral y holísticamente (interconectividad), muy similar a como funciona el cosmos que no termina de expandirse y sigue su proceso5. Lo que implica que el paradigma ancestral de la espiralidad (lógica toroidal) tiene congruencia con el sistema de la naturaleza (continumm), y el paradigma moderno del piramidalismo tiene una relación intelectiva antropocéntrica (lógica diseccionadora). 

La moderna física relativista y la mecánica cuántica, que vienen cuestionando al paradigma cartesiano-baconiano y sumun de lo monódico, hablan de que el cosmos es multidimensional. Señalan que no hay tres dimensiones, como creía el geocentrismo a través de la geometría euclidiana y los postulados de Aristóteles, sino que hay 11 dimensiones y hay otros científicos que señalan que hay 21. Muy similar a como hacen referencia todos los “yachaks” o maestros de todas las culturas ancestrales de la humanidad. Siendo la tétrada o tetradimensionalidad (tawantin) el punto de inflexión, entre un sistema que tiende a constreñirse cada vez más (civilización miope o de claustro), y un otro que se abre infinitamente (culturas vitales multiversas). 

Esa es la gran diferencia entre el cosmocimiento andino sinérgico, simbiótico, sintrópico, homeostático de los antiguos Yachay Wasi y la ciudad del conocimiento Yachay de la “revolución ciudadana”: 

La estrategia apunta a construir en el mediano y largo plazo una economía del bio-conocimiento y la información. El desarrollo de una base industrial alrededor de la biotecnología, la nanotecnología y las ciencias de la información, sustentada en la explotación sostenible de nuestra mayor ventaja comparativa, la bio-diversidad, es la apuesta del modelo del Buen Vivir (Ecuadoruniversitario.com, 2013 marzo 25). 

 

 

Metodología andina y occidental 

 

Antes de ser hombres de ciencia, 

deberíamos ser hombres.

Albert Einstein 

 

Asimismo, el método de estudio -autodenominado- método científico o método de la síntesis (deductiva o inductiva), es totalmente diferente al método rotatorio o de alternancia de la espiralidad andina. En este último, el investigador funciona en doble vía, transformándose mutuamente en observador y en observado. A través de este método el estudio funciona en relación de ida y vuelta, asumiendo la condición y posición del otro, sea cual sea su naturaleza. Es decir, 

 

El sujeto que analiza no se sitúa al margen de esta realidad panrelacional. Él es parte del proceso de la realidad y de su conocimiento reflejo. Los seres poseen su relativa autonomía, pero siempre en un contexto de implicación e interconexión. Por eso no existe el ideal moderno de la objetividad. El sujeto es parte del objeto y el objeto es una dimensión del sujeto. Esta lógica inclusiva de la complejidad imponen un nuevo estilo de pensar y actuar: obliga a articular lo diverso en campos unificados que se pueden convertir en redes más complejas (Medina, 2010). 

 

De esta manera, la percepción no tiene una posición objetivista ni subjetivista, sino que aprende de la experiencia vivencial y no desde una acción unilateral intelectiva que sigue moldes dogmáticos preestablecidos. Así también lo sugiere la palabra YACHAY (sabiduría), la cual se puede leer de izquierda a derecha y viceversa. De esta manera, los sabios andinos (yachak) nos están especificando que el cosmocimiento (no conocimiento) es de espejos o de doble vía. Es decir, que todo es reflejo de cada elemento, implicando que todos estamos en comunión e integrados (relacionalidad), y no separados ni divididos como concibe lo piramidalista monódico a la realidad (individualización). Hecho que lo ha venido a confirmar la moderna física con la teoría de las supercuerdas. Entonces, “lo asombroso es que el nuevo paradigma científico-técnico de Occidente coincide con el paradigma animista amerindio. Esto es lo digno de ser pensado.” (Medina, 2010) 

De acuerdo a lo anotado, lo que vemos es que simplemente la Senescyt y la “revolución ciudadana”, quieren reinscribirnos en las tendencias posmodernas de la antigua visión geocentrista (que en el fondo todavía sigue vigente), aplicando las mismas epistemologías, ontologías, metodologías, hermenéuticas, axiologías… de las universidades del primer mundo. Reproducir los mismos esquemas y conceptos de la dialéctica racionalista mecanicista del paradigma antropocéntrico y que es la responsable de la crisis económica y ecológica actual6. Si no es el primer mundo el responsable de todo esto, ¿quién lo es? Todo lo cual viene del tipo de concepto y de relación que se tiene sobre la naturaleza, al considerarla como un recurso o un bien, es decir, en la apreciación de la naturaleza como medio de producción o valor de cambio, tanto por la Derecha y la Izquierda, lo que demuestra la continua visión cosificadora e instrumentalista (mundo oportunista y aprovechador) de la naturaleza, por ende, de la vida (productivismo). 

 

Durante el tiempo de reforma a través de ciudadanización no se ha transformado el modo de relación con la naturaleza generado por la emergencia del capitalismo, que es parte de la cultura moderna. Esto consiste en concebir una separación entre sociedad y naturaleza y pensar el desarrollo como la generación de capacidades y conocimientos que permitan el dominio de la naturaleza, en particular orientada a un aumento de las ganancias. La principal alternativa global al capitalismo, que fue el socialismo, tampoco implicó una revisión del modo industrialista e instrumental de relación con la naturaleza. El socialismo fue también un modo de desarrollo moderno (Tapia, 2010). 

 

Teorías y dogmas -que como hemos señalado- ya se vienen cuestionando en el mismo occidente por una serie de investigadores que están replanteando a todos los fundamentos y mitos del paradigma civilizatorio monocular o uni-versidad. Empezando por los planteados por Einstein, Max Planck, pasando por la teoría Gaia, la teoría del Caos, la teoría de la Incertidumbre, la teoría de la Reciprocidad, la teoría de la Complementariedad, hasta las últimas teorías del Biocentrismo, las Ciencias de la Tierra, y del Pensamiento Complejo (Edgar Morin). 

 

La toma de conciencia del “anatopismo” cultural, del androcentrismo y del colonialismo intelectual de las filosofías y teologías dominantes, incluso en el mundo no-occidental ha sido el primer paso para la deconstrucción del euro- u occidentocentrismo de las filosofías y teologías dominantes en las periferias del imperio único globalizador (Estermann, 1998). 

 

Todas estas nuevas concepciones están más cerca de la concepción andina heliocéntrica de la vida (cuarto mundo) que de la visión geocéntrica del piramidalismo patriarcal (primer mundo). Es decir, que la visión monódica (universidad-universo) a pesar que se ha comprobado la heliocentricidad sigue funcionando dentro del paradigma aristotélico de la geocentricidad, especialmente sus instituciones surgidas dentro de su seno (polis y civilis), las cuales no han variado hasta la actualidad, especialmente a nivel educativo (cognoscitivo) y político (clasicismo). Si bien algunos científicos ya funcionan dentro de los parámetros multidimensionales, la mayor parte del pensamiento y teorías (especialmente a nivel económico-político) siguen ancladas en visiones inquisitoriales de la edad media (división del trabajo y del conocimiento). 

Todavía la mayoría del intelectualismo académico y político en Occidente y los occidentalizados, no logran abrirse a la visión sistémica del campo unificado o relacionado (multiversidad-multiverso) y en la práctica siguen funcionando en la lógica grecocristiana unitaria (único Dios - única ciencia - único mercado). Y lo único que quiere la Senescyt, es que nuestras universidades se equiparen y se pongan al tono y nivel de ellas. 

 

El Presidente Correa resaltó la importancia del talento humano para el desarrollo y la trascendencia que Yachay tiene para el Gobierno ecuatoriano, lamentó también el bajo nivel universitario que existe en América Latina ya que ninguna universidad de la zona está entre las 100 mejores del mundo, por ello “Yachay es un proyecto para elevar el nivel de la universidad en el Ecuador” mencionó. (yachay.ec, 2012 noviembre 11). 

 

¿Entonces dónde está la mediocridad que reclama la “revolución ciudadana”? 

En vista de todo lo anotado el nombre de Yachay no corresponde, ya que no incorpora todos estos paradigmas y arquetipos andinos. Aunque tampoco se trata de incorporarlos instrumentalmente sino caeríamos en el integrismo intercultural que termina absorbiendo todo el paradigma dominante. A eso, es lo que ahora le llaman interculturalidad, que es otra de las trampas que estamos viviendo con la tradición andina, al igual que con plurinacionalidad y buen vivir; cuando estos postulados encierran elementos más profundos y no tan ligeros, como los que aprovecha superficialmente la “revolución ciudadana”. Por lo que se debería crear otra universidad o mejor dicho otra multiversidad para que tenga el nombre de Yachay, sino sería solo otro aprovechamiento o un folclorismo más del gobierno de la “revolución ciudadana”, o una “robolución ciudadana” del nombre indígena. 

Eso sería realmente revolucionario y transformador, el recrear una multiversidad que aporte desde el paradigma de la andinidad al mundo, y no crear más universidades primermundistas que ahonden la crisis desde otras formas y esferas, como quiere la Senescyt: 

 

Bajo esta estrategia, el modelo de universidad consiste en una “institución de educación superior pública que promueve la investigación, el desarrollo científico y tecnológico; la generación y difusión del conocimiento, con el objeto de formar profesionales innovadores, competitivos y dinámicos, de alta calidad humana y excelencia profesional que contribuyan al desarrollo del Ecuador y de la región, al cambio de matriz productiva del país, aporte al progreso y avance científico y tecnológico de la región y al mejoramiento de las condiciones de vida de la población del Ecuador y de América Latina (Ecuadoruniversitario.com, 2013 marzo 25). 

 

Sería un gran aporte para toda la humanidad, ofrecer otras alternativas y salidas desde la experiencia de miles de años del cuarto mundo, re-creando una Multiversidad (Yachay Wasi) en la que se enseñe -por ejemplo- matemática andina y se reutilice como herramienta de cálculo a la yupana, un antiguo sistema de conteo que puede hacer operaciones matemáticas de más de 5 mil dígitos. Sistema, que fue redescubierto el 2002 por los investigadores italianos, Nicolino de Pascuale y Mauricio Orlando, de la Universidad de Pescara. Quienes finalmente, encontraron las claves del sistema operativo de la Yupana (Quipus) demostrando en su tesis, que el poder matemático de este ábaco andino es ilimitado. Con la Yupana, se resuelven todo tipo de cálculos astronómicos, se realizan operaciones matemáticas complejas e inclusive postulan a este instrumento para la arquitectura de un moderno microprocesador, cuya aplicación redundaría en uno mucho más poderoso que los diseños actuales de la arquitectura binaria. En otras palabras, una herramienta prehispánica que no tiene nada que envidiar a las sofisticadas computadoras modernas. 

Multiversidad que otorgue PhDs en arquitectura andina, en la que los arquitectos sean capaces de hacer construcciones antisísmicas, sin utilizar argamasa para sostener bloques y solo guardando equilibrio gravitacional siguiendo el ángulo de inclinación de la tierra, como lo hacían los antiguos arquitectos e ingenieros andinos. 

Profesionales en geometría andina, capaces de realizar operaciones trigonométricas siguiendo el método andino de la cuadratura de la circunferencia, redescubierto por Carlos Milla Villena. 

Doctores en astronomía andina, como la practicada por nuestros astrónomos antiguos quienes antes de la ciencia occidental civilizatoria, ya conocían de la esfericidad de la tierra y de que esta giraba alrededor del sol (heliocentrismo). O capaces de hacer ordenamientos territoriales, construyendo ciudades en línea recta, equidistantes una de la otra, y a 45 grados del eje de la tierra, como el Kapak Ñan que ha sido estudiado por la Dra. Scholten. 

PhDs en filosofía andina, que conozcan a fondo el cosmocimiento andino y puedan tener como marco teórico referencial el tawantin o sistema tetraparitario (tetrádico) para desde ahí organizar todo su co-razonamiento, o amor (kuyay) a la sabiduría (yachay), y poder acercarse desde estas variables a comprender la realidad de la naturaleza y la naturaleza de la realidad. 

Expertos en economía andina para comprender el ancestral funcionamiento de la economía del ayni, de la minka, del tinkuntin, entre otros, para presentar un sistema alternativo al neoliberalismo y al estatismo; y que realmente pueda convertirse en una respuesta global a la crisis mundial. Si los mismos conquistadores de la época, viendo que era un sistema muy bien estructurado y con altos resultados, lo siguieron manteniendo y aplicando hasta la época de la “independencia”; ¿por qué hoy no se puede utilizar ese mismo sistema para cambiar o inspirar una nueva comunidad mundial? 

¡Qué ironía! 

Así podríamos seguir enumerando una serie de ciencias, filosofías, tecnologías, artes, literaturas… de tipo y característica andina o tawantinsuyana, las cuales manejan otras categorías, posiciones y variables al piramidalismo monódico que ha llegado al límite dentro de su ciencia oficial. De ahí que muchos investigadores de Occidente andan buscando los saberes del cuarto mundo (hasta quieren patentar), y aquí se quiere más primer mundo y se desprecia a todos nuestros saberes ancestrales7. 

Como vemos una vez más, en dicha universidad no se aplicará nada del cosmocimiento sistémico, espiralado, toroidal, simbionómico del paradigma andino ancestral. Lo que significa que el nombre solo será un adorno indigenista de la lengua kichwa en el membrete de dicha institución, pero nada de la esencia de la filosofía andina (¿interculturalidad?). Es más, toda la institucionalidad y parafernalia del paradigma universitario de la ciudad del conocimiento Yachay será totalmente contrapuesta al paradigma multiversitario de los originarios Yachay Wasi. 

La conquista y colonización continúa… 

 

 

Meritocracia académica 

 

Muchas son las cátedras universitarias, 

pero escasos los maestros sabios y nobles.

Albert Einstein 

 

Una de las palabras que con más insistencia se escucha al gobierno de Rafael Correa es la famosa “meritocracia”, básicamente referenciada a la calidad y cantidad de títulos académicos que alguien posee. Pero, ¿será que el problema es solamente la calidad y la cantidad de conocimientos, o el asunto fundamental es el tipo y características de conocimientos y cosmocimientos adquiridos e interiorizados? 

Si revisamos las hojas de vida de gran parte de los personajes que han ocupado altos puestos en diferentes instancias de los gobiernos, de Derecha e Izquierda, aquí y en todo el mundo, vemos que muchos de ellos tienen cantidad de títulos, incluso a nivel de PhD. La mayoría obtenidos en universidades de altísima calidad de los grandes países industrializados, sin embargo casi nadie ha hecho un aporte de transformación epistemológica sino que tan solo se han dedicado a profundizar la dependencia curricular y tecnocrática del primer mundo. Todos se dedican a copiar o profundizar las creencias y mitos de la occidentalidad. ¿Cuántos conocen de filosofía de la andinidad? Se les puede contar con los dedos de las manos. Seguramente que todo eso es meritocracia del primer mundo pero no sabiduría del cuarto mundo.

 

Occidente ya no necesita enviar embajadores de su cultura para asegurarse de la difusión global de sus valores; tiene sus representantes fieles en cada lugar. Muchas veces, estos “multiplicadores” o “portavoces” se han vuelto más “ortodoxos” que sus mentores europeos o norteamericanos, con el resultado de que hoy día, la filosofía y teología europea más “ortodoxa” y “auténtica” se pueden estudiar en universidades del llamado Tercer Mundo. Uno puede debatir en Lima, Nairobi o Pekín con expertos de renombre internacional en Hegel, Ricoeur o Heidegger, más eruditos y experimentados a veces que sus colegas en las universidades europeas (Estermann, 1998). 

 

Nuestros profesionales educados (léase adoctrinados) en las universidades de Harvard, Yale, Lovaina… se han convertido en presidentes, ministros, legisladores, alcaldes de nuestros pueblos. Zbigniew Brzezinski en su libro El Gran Tablero Mundial (1998), señala que “es posible encontrar graduados de las universidades estadounidenses en casi todos los gabinetes ministeriales del mundo”. Ya lo decía Hegel sobre la “América Latina”, “lo que aquí sucede hasta el momento, es solo el eco del Viejo Mundo y la expresión de una vitalidad foránea”. 

Y al interior del Ecuador pasa lo mismo con todas las escuelas, colegios y universidades, “Incluso centros universitarios como FLACSO y la Universidad Andina, por ejemplo, se han convertido más en espacios que replican el colonialismo epistemológico del norte, que en centros que puedan ayudar a los procesos políticos de emancipación de sus propios países.” (Dávalos, s/f) 

Todos estos meritocráticos personajes han tenido como propósito de vida, el introducir al Ecuador dentro de los parámetros e ideales del denominado crecimiento y desarrollo ilimitado del occidentalismo, en oposición a los postulados de estabilidad dinámica equitativa de los milenarios pueblos andinos, y calificando de atraso e ignorancia a estas visiones. 

 

Conceptualmente, la sorda lucha y enfrentamiento entre (el Ecuador) occidental y (el Ecuador) amerindio ha sido la pugna por instaurar un modelo de sociedad basado en privilegiar solo la variable cuantitativa, extractiva, reduccionistamente economicista, versus el modelo de sociedad amerindio, basado en tener en cuenta todas las variables: de ahí su complejidad y, al mismo tiempo, basado en buscar su equilibrio: de ahí su homeostasis. Por esta razón, las sociedades amerindias son básicamente sociedades anti-desarrollo. El desarrollo apuesta al crecimiento exponencial de una sola variable a costa de todo lo demás (Medina, 2012). 

 

En ese propósito, para los neocolonizadores: su ejemplo, referente, meta, amuleto y santo, han sido los países autodenominados del primer mundo o desarrollados. Profesionales que han pretendido implantar una serie de conceptos, valores y paradigmas de esos países, especialmente a nivel económico, bajo el argumento de que todas esas ciencias son el progreso para los pobres y para el país (extirpación de idolatrías y de la pobreza). Pero lo único cierto, es que el resultado no ha sido nada de ello, como tampoco en esos mismos países, pues ese crecimiento fue tan solo un espejismo de 40 años y ahora su debacle. Hoy viven otra crisis más de las tantas que han vivido en toda su existencia y no logran su ansiada mejor vida (Vivir Mejor). 

Crisis tras crisis es la historia del primer mundo, en la que los meritocráticos han creado y metido en ese mismo saco al tercer mundo con sus políticas primermundistas. Pero, ahora, muchos huyen y regresan al tercer y al cuarto mundo. Crisis cíclicas interminables, cada vez más agudas, especialmente para la naturaleza. Crisis sostenidas hasta que quizás un día se den cuenta que las respuestas están en el cuarto mundo: en la armonía de complementarios, en las estructuras espiraladas, en las organizaciones matriciales, en las ciencias toroidales, en las metodologías sistémicas, en las formas sintrópicas, en el continumm de la naturaleza… si es que antes el calentamiento global no acaba con el primer mundo. Los únicos que están preparados para sobrevivir es el cuarto mundo, ellos serían los únicos que continuarían con la especie humana. Así de concreto y real. 

¿Ese es el conocimiento al cual quiere inscribirnos la Senescyt, trayendo a los más destacados profesionales del primer mundo? ¿El problema de la humanidad es tecnológico? ¿Eso es emancipación? Y para Correa, Yachay “es el proyecto más importante del Estado” (senescyt.gob.ec). 

¡Qué paradoja!

He ahí el gran dilema para la humanidad, que no es tan solo de Izquierda y Derecha, de materialismo e idealismo, de neoliberalismo y socialismo, de democracia liberal y democracia comunista, de desarrollo ilimitado y desarrollo sustentable, entre otros. Tiene que ver con el sistema fundacional de dos sistema-mundos ontológica y axialmente contrapuestos, irreconciliables y no complementarios: el civilizatorio de dilación contranatural (primer mundo) y el cultural de raigambre natural (cuarto mundo). ¿Cuál es el camino? ¿Todos hacia al primer mundo -como propone la Academia-, o el reflorecimiento del cuarto mundo -como lo dice el simple sentido común-? He ahí la gran pregunta. Todo el intelectualismo de Derecha e Izquierda apunta al primermundismo, pero muchos del primer mundo ya están recreando el cuarto mundo (ecoaldeas - comunidades de vida - ciudades bio). 

Mientras algunos están soñando hacer revoluciones de mercado y marxistas, los vitalistas ya han revolucionado sus vidas y viven el nuevo mundo: permacultores, bioconstructores, vegetarianos, ambientalistas, defensores de los animales, artistas de la nueva era, artesanos biodegradables, terapistas alternativos e integrativos, caminantes espirituales, entre otros. Y su inspiración es el cuarto mundo, de ahí rescatan y revalorizan saberes. Son los únicos que han comprendido lo que Einstein decía, que las salidas a los problemas no están en el mismo nivel que se las ha creado. La crisis no puede resolverla el primer mundo ni sus periferias, sino desde otros fundamentos y principios, justamente totalmente diferentes a lo que ha creado el primer mundo. Comprender esto es muy difícil para el logos, porque significaría que todo su intelectualismo académico se cae. Sería irse en contra de todo lo que han aprendido y no están dispuestos a revolucionar y perder todo aquello que les da sustento material y status. Van a rasguñar al máximo para seguir amparándose en sus teorías tecnocráticas, así como poco a poco se están descongelando los glaciares. Su frío conocimiento no podrá detener el calentamiento global. 

Por otro lado, el desarrollo -como subsistema- que en los años 80 fuera tan enarbolado en el mundo, ahora ya viene siendo cuestionado por algunos sectores en los mismos países autodenominados desarrollados, quienes hablan tajantemente de “salidas al desarrollo”, de “alternativas al desarrollo”, y de posturas que apuntan a “más allá del desarrollo”. Es decir, mientras el señor Correa -y muchos- quieren más desarrollo para el Ecuador, en los autodenominados países desarrollados hay voces que dicen que todo eso fue una gran falacia y un absurdo espejismo (indignados y desencantados). Están conscientes de que el asunto no es el modelo o tipo de desarrollo, sino los parámetros y categorías del desarrollo en sí mismo, y sus propuestas son totalmente inversas: decrecimiento, posdesarrollo, entre otros. Y así en otras ciencias y conocimientos. Nuestras “élites políticas no se nutren de la cultura de los pueblos que pretenden dirigir, sino de ideologías foráneas, doctrinas de manual. La relación de engaño que hoy existe entre masa y políticos no existía antaño en la América precolombina” (Vilela, 1997). 

Entonces, cuando este Gobierno quiere más profesionales graduados en todas esas meritocráticas universidades, y que nuestros centros de educación superior sean iguales o mejores, lo que en el fondo quiere es que el Ecuador sea un país más occidentalizado y patriarquizado (neocolonialismo). No se puede esperar algo diferente de quienes han sido formados en las escuelas del primer mundo, y si algo conocen del cuarto mundo es puro folclorismo pachamamista. En última instancia lo que quieren los meritocráticos es que sigamos siendo excelsos y ejemplares anatopistas para seguir reproduciendo las recetas socio-económicas-tecnológicas del consumismo para alimentar al primer mundo, y seguir saqueando más a la naturaleza a pretexto de desarrollo y de que “no vamos a ser mendigos sentados en sacos de oro” (Correa). El conquistador viene saqueando desde hace 500 años y su ansia por el oro no termina de saciarse, ni entre los de Izquierda. 

 

El término “anatopismo”, acuñado por Víctor Andrés Belaunde (1889-1966) en sus Meditaciones Peruanas, quiere resaltar el carácter sumamente alienado de un pensamiento, en especial del latinoamericano que “trasplanta” simplemente la filosofía occidental en suelo (topos) americano, sin tomar en cuenta la propia realidad. Las élites latinoamericanas son en gran medida “anatópicas”, no solo con respecto a su pensamiento, sino también las formas culturales y el modo de vivir en general (Estermann, 1998). 

 

Como queda demostrado el asunto es mucho más de fondo que solo calidad de conocimiento y excelencia académica primermundista, como ahora repite insistentemente la Senescyt, y quiere más PhDs. En ese sentido, preguntamos si se formarán PhDs en ciencia vitalista, en ciencia holística, en ciencia biosférica, en ciencia homeopática, en ciencia transpersonal, en ciencia cuántica, en ciencia multidimensional, en ciencia fractal, en ciencia conciencial, en ciencia tetrádica andina…8 

¿Es que estos PhDs tendrán los conocimientos que manejaron las culturas vitalistas ancestrales que construyeron las pirámides egipcias y mayas, consideradas proezas de la arquitectura humana, y en simbiosis con la naturaleza? 

¿Habrán PhDs en medicina, en la que los médicos sean capaces de manejar integrativamente: medicina orgánica, medicina psicológica, medicina energética, medicina herbolaria, medicina astronómica, entre otras, como por ejemplo eran capaces los médicos del tawantinsuyo? Médicos que realizaban operaciones craneales, prótesis, incrustaciones de jade en los dientes para curar caries, limpieza y alineamiento de los centros de energía (chakras), terapias psicoactivas con plantas de poder (ayawaska, wachuma), terapias respiratorias de hiperventilación para conectarse a memorias pasadas, terapias de la conciencia o espirituales para abrirse a otros campos dimensionales, entre otras. Para ello manejaban principios entrópicos y sintrópicos, lo que les permitía un manejo equilibrado de las energías. 

Estos PhDs ¿manejarán agricultura biológica para producir orgánicamente y generar una gran producción utilizando sistemas rotatorios? ¿Se investigarán los conocimientos y las experiencias del “padre” de la agricultura biológica el japonés Masanobu Fukuoka, el cual obtenía grandes y ricas producciones sin utilizar químicos de ninguna clase? ¿Aprenderán a utilizar tecnologías (como los camellones, waru warus, chinampas, la chakitaklla) para producir alimentos nutritivos, guardando homeostasis con la naturaleza? Por cierto, los pueblos andinos ancestrales -fueron de los pocos en el mundo- que terminaron totalmente con la pobreza. ¿Podrán hacer lo mismo? 

¡Más ironía! 

Entonces, hay una gran diferencia entre meritocracia y sabiduría, en el mundo hay algunos meritocráticos pero pocos sabios. Hay gente con mucha información pero muy pocos con cosmocimiento. Lo que este país y el mundo necesita, no son más PhDs sino yachaks, amawtas, como los antiguos sabios de los Andes y de otras culturas tradicionales de raigambre vitalística y cósmica. No se necesitan más cabezas racionalistas-positivistas-ilustradas sino seres integrales con un profundo amor (filhos) a la sabiduría (sophos). No más títulos deshumanizados y desnaturalizados sino seres humanos sistémicos, cuánticos, profundos, totales. 

 

 

Educación para la muerte y 

educación de la vida 

 

Lo único que interfiere con mi aprendizaje 

es mi educación.

Albert Einstein 

 

En nuestras escuelas todavía se sigue enseñando que: el mundo se divide en seres vivos y seres inertes, cuando la cuántica ha demostrado que todo está vivo. En el colegio se sigue diciendo que la ley de la causalidad es una de las leyes fundamentales de la vida, cuando esta solo es válida a nivel material pues a un nivel cuántico no funciona. En la universidad se sigue enseñando solo medicina sintomática cuando las medicinas naturales del cuarto mundo (paralelas, alternativas, dulces) son las que más van creciendo en el primer mundo… 

La medicina occidental o alopática tiene como propósito fundamental el matar a las bacterias, los virus, los microorganismos, los síntomas, las enfermedades, entre otros. La agricultura moderna de igual manera pone su razón de existir en matar las malas hierbas, los hongos, las plagas, etc. Y así sucesivamente, el objetivo de la ciencia moderna primermundista es matar a ciertas formas de vida en ventaja de otras formas de vida, bajo el criterio darwiniano de favorecer a los más evolucionados o más fuertes; como de igual manera se lo aplica a nivel social (darwinismo social). “Este es el caso más claro de cómo procede el discurso científico de la modernidad, no solo en medicina, sino también en desarrollo rural: mata las culturas para, cuando tiene éxito, producir un simulacro grotesco de sí mismo” (Medina, 2010). 

No es posible matar la vida, y cuando intentan matar ciertas bacterias lo único que están haciendo es mutar los virus, los cuales cada vez se hacen más fuertes. Ningún científico ha logrado matar a ninguna bacteria, pues esta simplemente ha cambiado de forma, haciéndose más resistente y emergiendo desde otra condición. De ahí, que cada vez aparecen más enfermedades mucho más malignas y más mortales, lo que revela el gran fracaso de la medicina para la muerte. Hoy en el mundo entero, especialmente en los países industrializados o alopáticos (EEUU y Europa) la gente está buscando otras medicinas, siendo las naturales las más buscadas, entre ellas la andina. Hay muchos sanadores andinos que viajan permanentemente a Occidente llevando sus medicinas naturales. ¿Ha hecho algo el gobierno de Correa para promover el estudio y difusión de la medicina andina? ¿El proyecto YACHAY impulsará una Facultad de Medicina Andina? No creo, si hoy más bien quieren cerrar la Amawtay Wasi porque no tiene la acreditación dentro de las lógicas del primer mundo. ¡Viva la revolución del socialismo del siglo XXI! 

A nivel de la agricultura y la ganadería pasa exactamente lo mismo, cuando se utiliza una serie de “maticidas” (pesticidas, bactericidas, herbicidas, insecticidas, plaguicidas, entre otros), que lo único que hacen es debilitar la armonía natural. Si bien una parte de las bacterias se mueren otras sacan ventaja por otro lado, y lo más lamentable es que paulatinamente se va debilitando la tierra. Después lo único que tenemos como alimento, es una serie de vegetales que tienen una apariencia de “grandes” y “bonitos” por fuera, pero que al interior están constituidos de una serie de “maticidas” y de productos químicos recesivos para los seres humanos. Con la consecuente cantidad de “enfermedades de civilización” que han surgido, 1500 nuevas enfermedades según un conteo que hizo Arthur Jores (1861). ¿Necesitamos más enfermedades para convencernos? Por el contrario, 

 

las tecnologías indígenas, en general, son tecnologías sintrópicas; es decir, intensivas en mano de obra y extremadamente eficientes en el uso de la energía. Víctor Manuel Toledo ha demostrado cómo, para producir dos outputs de energía, la agricultura americana necesita meter nueve inputs de petróleo, como abonos, pesticidas, diesel, etc, versus cuatro inputs y 15 outputs, en la agricultura de policultivos de los Tsembaya de Nueva Guinea, considerados los agricultores más primitivos del mundo, desde el punto de vista del capitalismo, pero los más eficaces desde el punto de vista de la eficiencia energética. 

Pero, además, es que las tecnologías amerindias, por ello mismo, son integrales. Por ejemplo, una andenería está, al mismo tiempo, creando suelo agrícola, donde no lo había, dado el escaso humus en pendiente; está regulando el clima (la única tecnología eficaz contra heladas y granizadas) gracias al efecto de turbulencia que produce el escalonamiento de la pendiente y gracias al efecto térmico que produce la piedra de la andenería, al conservar el calor del día durante la noche. El sistema de canales no solo regula el uso del agua, sino que la almacena en los acuíferos del cerro, mantiene llenos los manantiales y los dosifica y distribuye en todo el espacio cultivado en la ladera (Medina, 2012). 

 

En consecuencia, de qué sirve la gran cantidad de infraestructura médica que está construyendo la “revolución ciudadana”, si seguimos en la medicina para la muerte, y no pasamos a una medicina de la vida, pero principalmente a una comunidad de la vida (sumakawsay). Una medicina que se preocupa de fortalecer el sistema inmunológico, de fortalecer las defensas, de cambiar la alimentación, de modificar las creencias, de despertar la conciencia, entre otros. Dando prioridad a una medicina natural, homeopática, bioenergética, osteopática, conciencial… para enfocar la curación y la sanación desde otros lineamientos. Es decir, necesitamos cambiar el paradigma de combatir (matar) el síntoma o la enfermedad por el de ocuparse del enfermo y su tipo de vida (Hipócrates). Una medicina preventiva en la vida y no una medicina sintomática para la muerte. Esa es la gran disociación irreconciliable entre estos dos sistemas-mundos, a todo nivel. 

Un pueblo es más sano, no porque más se cura sino porque menos se enferma. Cuando en una sociedad hay necesidad de más hospitales es porque está más enferma. Y a eso le llaman desarrollo, a la cantidad de hospitales que tiene un país. Cuando debería ser al contrario, medir por qué la población necesita menos atención médica ya que está más saludable. Entonces, ¿dónde está la salud? No en los medicamentos sino en el estilo de vida, en el sistema armónico o desarmónico con la naturaleza. Los millones de dólares que viene invirtiendo este Gobierno los podría destinar a educar e incentivar otra vida, pero lo que hace este Gobierno -a todo nivel-, es la política de perfeccionamiento del sistema, no quiere cambiar el sistema sino hacerlo más eficiente. La excelencia de ese sistema, será en que cada vez haya más enfermos a quien atender y no en que disminuyan los enfermos. Y consecuentemente habrá necesidad de construir más hospitales y así sucesivamente. 

¿El gobierno de Correa ha hecho algo al respecto o más bien está arrepentido de haber introducido los derechos de la naturaleza en la Constitución Política? ¿Es eso soberanía alimentaria (transgénicos) y medicina de calidad para todos? 

 

La lex y el logos 

 

Todo esto viene de la visión reductiva o especialista impuesta por la civilización para la muerte (no hay cultura para la muerte pues sería un anacronismo), la cual funciona dentro de las categorías de: competencia, rentabilidad, conquista, triunfo, ganancia, éxito, poder, fama, entre otras. Y de la cual tampoco se han escapado los países socialistas (China, Corea del Norte, etc.) y los gobiernos de izquierda (capitalismo de Estado) que funcionan también dentro de la lógica de consumo, a pesar de sus discursos marxistas de igualdad. 

 

¿Quién podría haber imaginado hace unos años que partidos y gobiernos considerados progresistas o de izquierda abandonarían la defensa de los derechos humanos más básicos, por ejemplo el derecho a la vida, al trabajo y a la libertad de expresión y de asociación, en nombre de los imperativos del “desarrollo”? ¿Acaso no fue a través de la defensa de esos derechos que consiguieron el apoyo popular y llegaron al poder? ¿Qué ocurre para que el poder, una vez conquistado, vire tan fácil y violentamente en contra de quienes lucharon por encumbrar ese poder? ¿Por qué razón, siendo el poder de las mayorías más pobres, es ejercido en favor de las minorías más ricas? ¿Por qué es que, en este aspecto, es cada vez más difícil distinguir entre los países del Norte y los países del Sur? (Santos, 2012). 

 

El estereotipo geocéntrico monista se maneja por el concepto de que la naturaleza y la vida en general, están en estado salvaje o bruto y que hay que ayudarle a desarrollar o evolucionar, empezando por el ser humano inferior o atrasado o subdesarrollado (tercer y 

cuarto mundo). Para lo cual han generado un mundo de domesticación para proceder a domar, uniformar y homogenizar a todo cuanto hay en la vida; tal como es la producción en serie que es más rentable. “Por ejemplo, en Ordenamiento territorial los desarrollistas buscan territorios homogéneos y contiguos (los aymaras, en cambio, buscan la complementariedad ecosimbiótica discontinua); en agricultura se busca el monocultivo, las plantaciones (los aymaras, los policultivos, la simbiosis interzonal)” (Medina, 2012). 

Los civilizadores y evangelizadores empezaron con los animales y las plantas “salvajes”, para luego lanzarse contra las sociedades humanas “bárbaras y salvajes”, y finalmente con los “países atrasados y subdesarrollados” del mundo entero. Todos los cuales para ser considerados desarrollados y civilizados, deben dedicarse como zombis a profundizar y perfeccionar la ciencia y estilo de vida de la matanza primermundista. No olvidemos que sus formas de diversión siguen esos mismos esquemas, desde las corridas de toros, las peleas de gallos, la pesca deportiva, hasta las modernas formas electrónicas en que los chicos se divierten matando a salvajes, indios, comunistas, homosexuales, delincuentes, guerrilleros, musulmanes, monstruos, hechiceros y demás. Algunos de los cuales se toman tan en serio, que luego salen y matan a sus compañeros de clase y a sus profesores. Hecho que se da frecuentemente en los países desarrollados. Y así por el estilo: la santa inquisición, las cruzadas, la conquista del mundo, las guerras mundiales en Occidente, las invasiones permanentes, entre otras. 

Paradigma piramidalista que tiene su estructura, solidificación y consolidación desde la visión normativista de los romanos y la intelectualista de los griegos clásicos. Los primeros creían que la solución a los males de la humanidad estaba en establecer normas y reglas, las que debían ser obedecidas por los esclavos y dirigidas por los elegidos por dios para gobernarles. El derecho moderno tiene sus raíces en el derecho romano, quienes tenían como modus operandi de acción social a las leyes humanas como centro de su sistema de funcionamiento y convivencia. Los romanos creían que cuando se logren perfeccionar las normas, la sociedad funcionaría de la misma manera. ¿Neoconstitucionalismo, es la emancipación de hoy en día, señor Correa, Cordero…? “El presidente Rafael Correa, a su ingreso a la cita, dijo que se requiere coordinar con el bloque legislativo porque ahora se tiene que funcionar como “reloj suizo” ante la mayoría que tendrá el bloque de AP. “Tenemos que ir a toda máquina para la patria nueva, para la patria de todas y todos, y que esa patria sea irreversible”, afirmó. (El Universo, 2013 abril 4) 

Por su parte, los griegos no creían en los preceptos sino en los conceptos, y creían que el problema era de métodos, técnicas, teorías, ideas. Si se lograban ideas brillantes, iluminadas, divinas, se encontrarían las respuestas a la irracionalidad, ignorancia y debilidad humana que existe por naturaleza. Es decir, en la vida había ciertas mentes excepcionales (meritocracia), las cuales debían crear los valores, axiomas, y formas bajo las cuales el pueblo ignorante debía dirigirse. El perfeccionamiento se conseguiría cuando surjan más hombres (no mujeres) capaces de inventar las soluciones más grandiosas para acabar con las formas primarias, elementales e instintivas del ser humano. Todo simplemente se resolvía en la cabeza, y todo dependía de las ideas (intelectualismo), y las ideas eran producto de genios o enviados de dios (excelencia), los que se encargarían de conducir al rebaño de infieles e ignorantes. Ya lo decía Aristóteles, el esclavismo es necesario e imprescindible de que unos sirvan a otros. Y desde ahí (2500 años) no ha cambiado nada, los hijos de Aristóteles se siguen empeñando en perfeccionar el sistema. 

Todos los cambios que se han dado, han sido formales pues la raíz se ha mantenido intacta. Todo el proceso histórico ha estado determinado por los mismos esquemas estructurales que la diseñaron, y que lo único que nos han conducido es a pasar de dogma en dogma, de ley en ley, de creencia en creencia, de filosofía en filosofía, de método en método, de ciencia en ciencia, de política en política...y no han logrado resolver los asuntos fundamentales del ser humano, sino más bien los han ido ahondado. Llegando al límite de la crisis actual en la que la sobrevivencia de la especie humana está en peligro por causas antrópicas (del ser humano del primer y segundo mundo, y no del tercero y cuarto mundo), algo que no se había visto nunca en toda la historia humana. Hoy hay tal cantidad de bombas que podríamos desaparecer casi todos. Así de real. De ahí que el sumakawsay “Hasta el momento, es el único discurso y práctica coherente que puede detener las derivas predatorias e inhumanas de la acumulación capitalista, que al ritmo que avanzan se convierten en una amenaza para la vida humana sobre el planeta” (Dávalos, s/f). 

En resumen, se sigue haciendo lo mismo, siguiendo los mismos postulados y patrones, solo se hacen cambios formales (tecnológicos, legales). Lo único que tratan es de mejorar o desarrollar o perfeccionar los mismos presupuestos, lógicas, conceptos, métodos del paradigma piramidalista. Es decir, se sigue creyendo que el mundo necesita más y mejor primermundismo, cuando de lo que se trata es de cambiar todos los mitos fundacionales del modelo civilizatorio monódico. No más reacomodos ni reajustes ni introrevoluciones a la misma visión mecanicista, materialista, racionalista, reduccionista; sino el de transgredir (Pachakutik) y cuestionar a todas sus estructuras y bases, para desde ahí emerger en algo totalmente diferente. Y ese es el sumakawsay, una alter-nativa que parte desde otros valores, percepciones, categorías, sentires a mirar la realidad de la naturaleza y la naturaleza de la realidad. Esa es una revolución paradigmática y no solo una revolución tecnomórfica y meritocrática para ponerse en la cola del primermundismo. 

El servilismo académico continúa… 

 

 

La contrarrevolución educativa de la “revolución ciudadana” 

 

No pretendamos que las cosas cambien, 

si siempre hacemos lo mismo.

Albert Einstein 

 

De acuerdo a todo lo que hemos anotado, de que sirve que el socialismo del siglo XXI venga haciendo una “revolución educativa”: construyendo establecimientos educativos con moderna tecnología, integrando a muchos sectores excluidos o incorporando a pueblos siempre marginados; pero cuya “educación de calidad” es la excelencia de la depredación, de la elitización, de la especialización, de la tecnomorfización...Lo que significa que el remedio es peor que la enfermedad, y en ese caso es mejor que sigan olvidados hasta que haya otra educación, o hasta que los otros estén listos para aprender de los yachaks. 

Concreta y claramente, lo único que quieren es seguir plagiando excelsamente a los esquemas, moldes y dogmas del primer mundo, cuando las respuestas están en el cuarto mundo (¡Qué mentalidad! dirá Correa). Resulta casi imposible que esta meritocracia pueda entender que, “para una era tecnológica de tipo simbionómico como la que hemos empezado a gatear. Los Andes tienen el know how operativo de cómo funciona una sociedad en el continuo biosférico” (Medina, 2010). Este es el elemento clave a entender si queremos realmente un cambio, repetimos una vez más: las soluciones a la crisis global solo pueden venir de paradigmas antipiramidalistas, y las alter-nativas están en el cuarto mundo, en los atrasados, ignorantes y ultrasubdesarrollados. ¡Qué increíble! 

Para ello, una profunda revolución educativa y política de tipo paradigmática espiralada (Pachakutik) es fundamental. “Una alternativa de crítica y salida, en cierto sentido, de la forma capitalista de desarrollo implica el fortalecimiento y la vuelta a sociedades agrarias, es decir, a tiempos cíclicos. En algunos territorios existen todavía estas condiciones, que siguen siendo asediadas por la expansión del capitalismo. En la vía del horizonte agraria hay que tener en cuenta que esto se basa en la posesión colectiva de la tierra, que a su vez es la condición de posibilidad de un gobierno colectivo, inclusivo y deliberativo como forma de dirección de lo social” (Tapia, 2010). En palabras concretas y directas: Vivir bajo los principios de la naturaleza o contra ella. Vivir guiados por el paradigma cuántico-matricial-espiral-complementario, o el mecanicista-materialista-reduccionista-racionalista. No hay que darle tantas vueltas ni buscar tantas explicaciones. Más primer mundo o cuarto mundo, así de simple. 

Por lo tanto, necesitamos pasar de una “revolución ciudadana” a un Pachakutik, donde la Pacha sea lo primero, si queremos una revolución total y raigal; pero más que todo, para salvaguardar la sobrevivencia de la especie humana. Si creemos que el problema es solamente de más producción y más redistribución, será reducirlo a un asunto económico, lo cual nos conducirá a repetir las mismas cadenas de crisis que hemos vivido. Será quedarse en las ramas y no ir al asunto de fondo, que no es solamente la propiedad de los medios e instrumentos de producción sino el tipo de relación con la naturaleza, es decir, con la vida. Si la relación sigue siendo utilitaria y sacrílega seguiremos en el círculo vicioso platónico-cristiano-newtoniano de más de 2000 años y por ende el ahondamiento de la crisis y el sufrimiento. Cualquiera diría que es suficiente 2000 años para no seguir dándose con la misma piedra, pero para la Academia y el “Animal Político” todo esto es una herejía e idolatría, y nos acusarán de retroceso, estancamiento, involución, ignorancia, infantilismo… 

Los socialistas del siglo XXI argumentan que necesitan dinero para sus obras sociales (educación, salud, vivienda, bono), es decir, más recursos para aumentar la dependencia, el paternalismo, el clientelismo, el mesianismo9. Cuando lo interesante sería que el pueblo organizado colectivamente vele por todas esas obras sociales y no reciba dádivas ni del Estado, ni del Gran Capital, ni de las damas e iglesias de la caridad. A través de una economía comunitaria, “equitable”, recíproca, y estable, como la que admiraron los conquistadores y mantuvieron por más de 300 años dados los resultados extraordinarios, aunque -en este caso- los beneficios solo eran para la monarquía española. 

Pero supongamos que es loable esa idea del extractivismo minero para financiar dichas obras sociales. ¿Quiénes son los que van a comprar todos esos metales? Serán las grandes transnacionales, las cuales a su vez nos traerán nuevos productos o renovarán los mismos productos, conduciéndonos a aumentar la dependencia y el consumismo. Todo ello a pretexto de insertarnos al desarrollo y a la modernidad, pero que al final toda la plata de los recursos naturales se irán a los bolsillos del gran capital primermundista. Dicho de otra forma, las transnacionales compran nuestros metales y entregan dinero al Estado, a su vez este compra productos refinados y terminados que elaboran las trasnacionales, los que a su vez recuperan los dineros entregados al Estado, con lo que habremos perdido nuestros recursos y no se habrá acabado la pobreza y seguiremos en el mismo círculo vicioso. En otras palabras, el pueblo consumista se “comió” todo y el capital estará en los bolsillos de los mismos de siempre.

Tal como ha pasado con el petróleo, bajo el mismo discurso del desarrollo y del progreso. Todo lo que ha ingresado por petróleo en los gobiernos anteriores y en el gobierno de Correa ha ido a parar en su gran mayoría a los grupos monopólicos nacionales e internacionales. Cada dólar que entra a las arcas del Estado, el Gobierno lo destina para construir obras y a pagar a la burocracia. Todos los cuales compran productos, insumos, mercancías a las grandes empresas y a los pequeños negocios. El petróleo se transforma en bienes y en capital, este último se queda principalmente en las grandes compañías transnacionales, una partecita va para las medianas y las pequeñas empresas nacionales, y tan solo unas pocas migajas para el pueblo. 

Otros dirán que hay que generar materia elaborada o productos finales para exportar. Pero, ¿quienes pueden invertir en algo así? El gran capital nacional y el transnacional, que tendrán ganancias fabulosas para ellos, residuos para el pueblo trabajador y bonos para los miserables. En definitiva, nuestras “fuentes de vida” pasarán a la larga a hacerse capital de un pequeño grupo que controla el mercado mundial, y no se habrá acabado la pobreza. Simplemente el dinero para pagar la megaminería salió del gran capital, se dio la vuelta y regreso a ellos mismos, y nosotros con una mano adelante y otra mano atrás, como ha sucedido en todo el mundo sin que haya ningún ejemplo contrario. ¡Viva la revolución ciudadana! 

Por otro lado, ¿quiénes están en capacidad de comprar esos productos? Los países y personas ricas, con lo cual se sigue fomentando el consumismo y por ende el efecto invernadero, y así un torbellino de nunca acabar. Es el mismo cuento de siempre, como aquel cuento del nuevo traje del emperador, nos harán creer que traen el capitalismo verde, el desarrollo local, el crecimiento sostenible, y las nuevas teorías (modas) que se inventarán a medida que la situación se complique más. Nos querrán poner nuevos trajes, cuando en el fondo estamos desnudos pero nos harán creer que tenemos nuevos y más lindos trajes, y muchos les creerán gracias a la gran propaganda publicitaria del Gobierno y del sistema.  

Una respuesta global a la crisis total 

 

Vivimos en el mundo cuando amamos.

Solo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.

Albert Einstein

 

¿Cuál sería otro paradigma totalmente diferente al civilizatorio y sus principios? Sencillamente el principio de las armonías y de los equilibrios (tetrádica o tawantin). La armonía natural de complementarios es la simple, concreta y práctica realidad de cómo vive la naturaleza, es decir, la vida. Al entenderlo así, todo cambia. Cambia la ciencia, la tecnología, la educación, la epistemología, la axiología, la espiritualidad, todo. Al cambiar el tipo de concepción y de relación con la naturaleza, se cambia la medicina, la agricultura, la justicia, la economía, la política...Las cuales ahora se estructuran y funcionan desde otros fundamentos y dan origen a otro sistema, desde su raíz. No se trata solo de cambiar la relación entre los seres humanos, sino, primero y principalmente, la relación de estos con la naturaleza. Cuando cambie la relación con la naturaleza cambia el ser humano y no al revés. Es decir, cuando haya un cambio de conciencia habrá un cambio total y verdadero. De ahí el gran fracaso de todas las revoluciones sociales que hemos vivido. Necesitamos el Pachakutik, una revolución natural (naturalización). Regresar a ser hijos respetuosos de la Pacha sagrada para merecer otra vida. Y eso es el sumakawsay. 

Pero ahora, muy sutilmente y a pretexto de la interculturalidad (se actualizan rápidamente), 

 

…el Banco Mundial y la cooperación internacional al desarrollo, intentan convertir a esta noción del Sumak Kawsay, en una nueva variante del “etnodesarrollo”, mientras que los gobiernos de la región no dudan en adscribir el texto siempre y cuando no interfiera con el contexto de la acumulación del capital. Esto puede verse en la reciente Estrategia Asistencia País entre el Banco Mundial y el Gobierno de Bolivia, para el período 2010-2011, en donde el Banco Mundial intenta pasar su agenda posneoliberal de privatizaciones territoriales y construcción del Estado de derecho, como parte del proceso del Buen Vivir. Es fundamental, entonces, demarcar territorios con el Banco Mundial y con la cooperación internacional del desarrollo, que pueden convertir a la propuesta del Sumak Kawsay, en un dispositivo ideológico que pueda reforzar sus mecanismos de colonización y acumulación de capital. (Dávalos, s/f) 

 

Por lo que debemos estar alertas y precisos para no dejarnos envolver en los mismos cantos de sirena, antes se decía extirpación de idolatrías hoy extirpación de la pobreza, es la misma estrategia endémica, con nuevos ropajes nada más. De ahí que es importante un cambio radical y de raíz, un trastrocamiento general que lleve a reordenar todo: otra arquitectura, otra producción, otro ordenamiento territorial, otra tecnología, otra ciencia, otra familia… Es decir, otra y diferente manera de pensar, de ser, de estar, de existir, frente a la actual. Y para ello lo básico será una nueva educación, una educación de la vida, una educación que despierta la conciencia, no para repetir teorías, dogmas, creencias, de izquierda o de derecha. Una educación de autoeducación, de activación de las potencialidades, de alumbramiento de los talentos ya existentes dentro de un formato de características sinestésicas. Es decir, de partir de que el cosmocimiento ya está en nosotros, de que nosotros somos el cosmocimiento, que la sabiduría está en la vida, en la naturaleza. Todo lo contrario a la visión actual en que se cree que el conocimiento está fuera de nosotros, en los libros, en los otros países, en las teorías (visión dialéctica piramidalista). 

Todos los grandes maestros de todas las culturas del mundo lo han repetido tantas veces pero no lo entendemos. Todos han señalado que ya lo tenemos todo, que somos el todo y solo tenemos que reconocerlo, activarlo y vivirlo. Si no somos capaces de comprender esto, no habrá cambio, no habrá otro mundo, otro sistema. Y eso se llama despertar de la conciencia, guiada por la armonía como ley de vida. Y esto es el Sumakawsay, que no es el Buen Vivir de los socialistas del siglo XXI sino el milenario Arte de Vivir en Plenitud Armónica. 

Todo esto nos lleva a replantear y reformular la noción de la pobreza y de la riqueza. La riqueza no es principalmente económica ni debe ser el centro de la vida. La economía es un medio y no un fin en sí mismo. El “modelo de producción de riqueza indefinida, al interior de Occidente, no ha sido contestado por nadie, es decir, ni por liberales, ni por los socialistas. Estos últimos han contribuido, más bien, al perfeccionamiento del sistema introduciendo el concepto de ‘Justa redistribución de la riqueza’, a través de los sindicatos y la socialdemocracia… Es decir, el tener se convierte en un valor por sí mismo. Pareciera que el hombre occidental se comporta como si hubiese identificado ‘felicidad’ con ‘riqueza’; que sus motivaciones son fundamentalmente económicas y, es más, que satisface otras necesidades a través, empero, de la riqueza. El reduccionismo científico se traduce en un reduccionismo axiológico” (Medina, 2010). 

En este sentido, la principal riqueza es ecológica, es la madre naturaleza que nos contiene, sostiene y mantiene. Sin ella no somos nada. ¿Quiénes son ricos? Aquellos pueblos que viven en armonía con la naturaleza, y los pobres, son aquellos más plásticos y más robotizados. El consumismo, el derroche, la materialidad, la frivolidad, la banalidad es pobreza; la simplicidad, la mesura, el equilibrio, la naturalidad, la rusticidad es riqueza. “Por ello es fundamental abandonar y disputar esa noción de sentido que quiere hacer de la pobreza un fenómeno estrictamente económico, en especial el baremo del Banco Mundial del dólar diario. La noción del Sumak Kawsay pone a la pobreza en coordenadas diferentes a las económicas: las sitúa en un contexto político, en donde la pobreza económica es la expresión del control político de la escasez” ( Dávalos, s/f). 

Es decir, nuestro propósito no será mecanizarnos o civilizarnos más, sino naturalizarnos o vitalizarnos en un camino de vida por reencontrar armonía y equilibrio general en cada acto de nuestra existencia (sabiduría). Esto no quiere decir vivir sin tecnología, quiere decir vivir con una tecnología simbiótica con la naturaleza y en contrapartida a la actual tecnología y ciencia depredadora, como lo hicieron los pueblos antiguos que hicieron grandes obras monumentales. “No significa esto un regreso a las nociones de ‘buen salvaje’ de la Ilustración europea del siglo XVIII, sino una consideración diferente con respecto a la naturaleza. Una sociedad puede llegar a ser altamente tecnológica y productiva, integrando a la naturaleza a su propia dinámica interna” (Dávalos, s/f). Tal como lo demuestran las maravillas arquitectónicas que el conquistador no pudo destruir, y que para ello fue necesario un gran cosmocimiento, técnicas y métodos de alta ingeniería y urbanismo (ciencia cósmica). 

Por lo tanto, no es el ser humano el centro de la vida (socialismo), y peor el capital (capitalismo), es la vida en su conjunto (vitalismo o Kawsay en Kichwa). Quién sostiene al ser humano es la naturaleza y no al revés. 

 

Los seres humanos somos un desarrollo derivado de la Tierra. Ella: Gaia, Pachamama… es lo básico y primordial. Por tanto, todo lo humano debe reflejar la primacía de la Tierra. Por ejemplo, la economía debe tener como primera prioridad el bienestar económico del planeta. Mientras la economía planetaria se base en la reciprocidad básica que rige la Vida, los humanos no tendrán que preocuparse. La Tierra producirá y tendremos suficiente. Lo fundamental es la Tierra, no el Hombre. He aquí el viraje cosmológico que tenemos que llevar a cabo los hijos de Abraham...Los occidentales tenemos que pasar del punto a la red: volver a ser sistémicos: sabernos parte del sistema vida. Hay que volver a cultivar el animismo judeo-cristiano: la mística ecológica cristiana, la kabbalah judía: recuperar todas las herejías reprimidas que reclamaban la Paridad (Medina, 2012). 

 

Siendo ese el desafío para esta humanidad, el de satisfacer sus necesidades pero sin alterar la estabilidad de la vida. Es comprender, que no se trata de ser ricos dentro de claustros y en medio de desiertos cada vez más grandes (efecto invernadero). Eso es pobreza. La riqueza, es vivir respetando la naturaleza, es decir, en conjunción con los ciclos, períodos, formas, estructuras de la naturaleza, las cuales se ajustan a principios y leyes de reciprocidad, complementariedad, correspondencia, integralidad, alternabilidad, ciclicidad, estabilidad. Todo lo contrario a los esquemas de hoy: competencia, rentabilidad, eficiencia, desarrollo, progreso, excelencia. Hay una gran diferencia entre Vivir Mejor Y Vivir Bien a costa de los demás y de la naturaleza, y Vivir en Armonía con los demás y con la naturaleza. 

Esa es la revolución educativa de hoy en día, es una revolución de conciencia, no principalmente económica sino trasgresora de los valores y del tipo de relación con la naturaleza, es decir, con la madre vida (la Matria y no la Patria). Es una revolución de humildad para mirar con sacralidad a la Pachamama (¡Basta de curuchupas (Derechas) y de pachamamistas (Izquierdas)!). Es una revolución de respeto, para no cuidar de la naturaleza (ecologismo) y peor para explotarla (capitalismo neoliberal y extractivismo de Estado) sino para respetarla (complejidad). Lo cual empieza por aprender a respetarse a sí mismo, quién no respeta a los otros, sea naturaleza humana o extrahumana, no respeta realmente nada. No es una revolución ecológica, es mucho más que eso, es una revolución espiritual o conciencial, es una revolución de integralidad y totalidad, para una vida plena y armónica (sumakawsay). 

Los abuelos y abuelas de sabiduría nos están esperando en los YACHAY WASI para compartirnos todos sus saberes sagrados milenarios. Para ello solo se necesita: humildad y co-razón… 

 

 

Referencias bibliográficas 

Brzezinski, Z. (1998) El Gran Tablero Mundial. Barcelona: Paidos Ibérica. 

Dávalos, P. (s/f) Sumak Kawsay (La Vida en Plenitud). En http:// www.puce.edu.ec/documentos/Cuestionessobreel SumakKawsay.pdf 

EcuadorUniversitario.com (2013, marzo 25) Universidad YACHAY comenzará actividades en el 2014. Recuperado de http://ecuadoruniversitario.com/noticias-universitarias/universidad-yachay-comenzara-actividades-en-el-2014/ 

El Comercio (2013, marzo 19) “Hay que tomar medidas radicales”. Diario El Comercio. http://m.elcomercio. com/politica/nota/67599298 

__________ (2013, marzo 31) Resumen del Enlace ciudadano desde el cantón Olmedo, Manabí. Diario El Comercio. http://m.elcomercio.com/politica/nota/73790954 

El Universo (2013, abril 4) Ejecutivo marcará tiempo y será más exigente con nueva Asamblea. Diario El Universo. ht tp://www.eluniverso.com/2013/04/04/1/1355/ ejecutivo-marcara-tiempo-sera-mas-exigente-nueva-asamblea.html 

Estermann, J. (1998) Filosofía Andina. Quito: Abya Yala. 

Jores, A. El hombre y su enfermedad: fundamentos de una medicina antropológica. Barcelona: Labor. 

Medina, J. (2010) Mirar con los dos ojos - Gobernar con los dos cetros. La Paz: Garza Azul. 

Medina, J. (2012) El contexto cosmológico para pensar nuestras políticas públicas. Circuloachocalla En http://www.circuloachocalla.org/ecozoico-y-cambio-climatico/#more-265 

Moreta, M. (2013, marzo 25) El cambio de religión afectó a los rituales indígenas en Chimbrazo. Diario El Comercio. http://www.elcomercio.com/pais/religion-afecto-rituales-indigenas-Chimborazo_0_889111303.html 

Oviedo Freire, A. Multiversidad “Yachay Wasi”. 

Santos, B. de S. (2012) Octava carta a las izquierdas. En Cartamaior (artículo original) http://www.cartamaior. com.br/templates/colunaMostrar.cfm?coluna_id=5737 

Tapia, L. (2010) El tiempo histórico del desarrollo. En F. Wanderley. (coord.) El desarrollo en cuestión: reflexiones desde América Latina. Bolivia: CIDES / UMSA. 

Vilela Díez de Medina, R. (1997) Complementarismo Andino y Modernismo. 

Yachay.ec (2012, noviembre 14) Presidente de la República realiza presentación de Yachay en Italia. Recuperado de: http://www.yachay.ec/presidente-de-la-republica-realiza-presentacion-de-yachay-en-italia/ 

 

Notas 

1 Título del libro de René Ramírez, máximo de la Senescyt. 

2 Preferimos escribir juntas a estas dos palabras, siguiendo el espíritu del kichwa. 

3 Cfr. Acosta, A. (2013) El Buen Vivir. Sumak Kawsay, una oportunidad para imaginar otro mundo. Barcelona: Icaria. 

4 Cfr. Oviedo, A. (2011) Qué es el SUMAKAWSAY 

5 Cfr. www.nasa.gov (2013, marzo 25) 

6 Más y mejor explotación de la naturaleza por los hijos de Bacon. 

7 Cfr. Oviedo, A. Los hijos de la tierra. y Oviedo, A. Caminantes del arcoiris. 

8 ¿Me pregunto si los meritocráticos de la Senescyt, alguna vez habrán escuchado estos términos y demás neologismos que estamos anotando en este artículo, especialmente las categorías andinas del YACHAY? 

9 “como curuchupa y medio que soy, estoy muy emocionado” de que por primera vez un latinoamericano haya sido elegido Papa (Presidente Correa).

bottom of page